Tenia varios antecedentes violentos y en esta ocasión irrumpió en una clase de zumba que ella daba para asesinarla y luego quitarse la vida.
Un hombre de 75 años mató a su propia hija y luego se suicidó en un gimnasio de la localidad cordobesa de La Carlota.
Fuentes policiales informaron que la mujer fue identificada como Eugenia Villarruel, de 49 años, y su padre era Teodoro Villarruel, quien irrumpió en una clase de zumba que ella daba en el gimnasio Acuario, discutió con la mujer y la mató de un balazo.
El fiscal de La Carlota Daniel Miralles hizo un allanamiento en la casa del agresor en búsqueda del teléfono celular y de otros elementos vitales para la causa. El asesino usó una pistola calibre 22 y con esa misma arma se quitó después la vida.
Este hombre ya había sido denunciado por su hija por un episodio de violencias de género ocurrido en 2020 y la Justicia le había dictado una restricción perimetral hacia ella por 180 días.
Asimismo, el sujeto fue denunciado también en 2022 por su ex esposa, de quien se había separado y continuaba con los trámites de división de bienes.
La madre de la mujer asesinada recibió atención médica y terminó internada por un cuadro de conmoción nerviosa.
Al parecer, las diferencias entre padre e hija generaron discusiones que se intensificaron en los últimos meses por cuestiones económicas.
El hombre era un reconocido prestamista de la zona que no tenía una buena relación con la nueva pareja de Eugenia.
La única testigo del hecho, alumna de la víctima que justo fue la última en retirarse de la clase, escuchó los disparos desde la calle y dio aviso al 911.
Al arribar la Policía encontró los dos cuerpos, que fueron trasladados a la morgue del hospital San Antonio de Padua.
"La Parroquia de La Merced acompaña el profundo dolor de Susana Vázquez ante la muerte injusta de su hija. Que este tremendo asesinato, con posterior suicidio del agresor, nos conmueva y nos invite a cuidar la vida en toda ocasión y aun ante la más difícil situación. Imploremos a Dios también el perdón al agresor", sostuvieron desde la iglesia más importante de La Carlota, la localidad que tiene más de 13 mil habitantes.
El hombre registraba también otros hechos violentos, como el desalojo que le hizo a su mujer cuando decidieron separarse.
En aquella oportunidad la echó de la casa y la mujer había iniciado los trámites judiciales para recuperar la propiedad.
El asesino, además de ser prestamista, se dedicaba en el último tiempo a la compra y venta de automóviles, y tenía varias propiedades inmobiliarias en La Carlota.